Crisis en Medio Oriente: Análisis del impacto en la logística internacional
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| Publicado por Nowports

La escalada del conflicto entre Israel e Irán, que se intensificó el 13 de junio de 2025, proyecta un desafío considerable para la logística global, con una serie de efectos colaterales en las cadenas de suministro de México, Chile y toda Latinoamérica.
La amenaza latente del cierre del Estrecho de Ormuz, sumada a las restricciones en el espacio aéreo de la región, obliga a costosos desvíos de rutas marítimas y aéreas.
El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), alertó que este escenario podría afectar no solo a la economía global, sino que podría generar una disrupción significativa en la cadena de suministro de la que dependen gran parte de las importaciones y exportaciones de la región. Ante esta situación crítica, las empresas logísticas de México, Chile y Latinoamérica necesitarán desarrollar y activar planes de contingencia para mitigar riesgos operativos, salvaguardar sus activos y asegurar la indispensable continuidad de sus servicios.
El posible cierre del Estrecho de Ormuz, la vía que gestiona el 20% de las exportaciones mundiales de petróleo, representaría un impacto en los costos operativos al ajustar las rutas marítimas para evitar la zona y realizar transbordos en otros puntos. Esta situación generaría de inmediato un aumento significativo en los costos operativos, el precio del combustible para buques y, por ende, en las tarifas portuarias a nivel global.
El cierre del espacio aéreo sobre Irak e Irán, está impactando directamente en las rutas aéreas más cortas que conectan Europa con Asia y América, creando una menor oferta en vuelos de carga y, para la logística de exportación e importación en México, Chile y el resto de Latinoamérica, esto complica la eficiencia de toda la cadena de suministro.
México, por ejemplo, depende de la importación de productos petroquímicos y fertilizantes que a menudo provienen de países que operan desde la región del Golfo Pérsico. El creciente desvío y la suspensión de vuelos de carga, además de aumentar los costos operativos, dificultan la planificación logística y generan cuellos de botella en las entregas, como ya se observa en la ruta comercial Asia-Europa.
La suspensión o redirección de servicios en hubs portuarios clave como Jebel Ali (Emiratos Árabes Unidos) y Haifa (Israel) es una preocupación principal. Esto provocaría una masiva movilización de contenedores hacia puertos alternativos, generando una inevitable congestión en Asia que impactaría directamente la fluidez del comercio, resultando en aumentos significativos en los tiempos de espera y los costos de almacenamiento en sus puertos.
La intensificación del conflicto estaría impulsando una mayor fiscalización y exigencias en la documentación para las operaciones logísticas globales. Esto significa que las autoridades aduaneras de México, Chile y Latinoamérica tendrían que implementar controles más exhaustivos e inspecciones rigurosas para envíos que transiten por rutas inestables o provengan de regiones de riesgo.
La situación actual en Medio Oriente, si bien representa un desafío, debe ser vista como una oportunidad crucial para la logística global. Este escenario impulsa la necesidad indispensable de fortalecer los puertos y centros de distribución, optimizar la relación con diversos proveedores y revisar y reforzar los acuerdos logísticos vigentes.
Las empresas que logren anticiparse a eventos críticos mediante la implementación de medidas eficaces y herramientas de inteligencia logística, será más rápido mantener la calidad, velocidad y eficiencia en sus rutas. Podrán minimizar el impacto, proteger sus operaciones y permanecer competitivas en el volátil panorama actual.
Fuentes
MundoMaritimo
The Logistics World
El Economista
Data Export