Tipos de embalaje en logística y sus características

3 minutos de lectura | Publicado por Nowports
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Desde que un producto sale de fábrica, protegerlo se vuelve crucial, pues hacerlo no solo evita la pérdida de dinero, sino también que se generen retrasos y una clara insatisfacción de los clientes. Por todo esto, conocer los tipos de embalaje que sirven para preservar su calidad a lo largo de todo su trayecto, y saber aprovecharlos, es indispensable. 

 

¡Sigue leyendo que hoy exploramos a detalle este tema! 👇

 

Embalaje: importancia y características

Para nadie es un secreto que cuando las mercancías emprenden su viaje hacia los mercados extranjeros, posiblemente deban enfrentarse a diversos desafíos logísticos y climáticos. Así que, independientemente de que suceda o no, el uso de un embalaje robusto y seguro se vuelve fundamental y un elemento clave para impedir que se dañen.

 

En este sentido, su misión recae en prevenir accidentes, salvaguardar su integridad y actuar como un escudo protector contra golpes, humedad y condiciones adversas, de tal manera que garantice que lleguen en perfectas condiciones hasta las manos del consumidor final.

 

Empaque y embalaje: ¿son lo mismo?

Ahora bien, algo que debes tener presente es que el embalaje no es sinónimo de empaque; aunque a simple vista parezca que cumplen la misma función, no son lo mismo. 

 

Mientras que el empaque contiene o envuelve cada producto por individual  y tiene contacto directo con él para garantizar su integridad y presentación adecuada, el embalaje solo tiene contacto con el empaque y su función principal es garantizar su eficiente manipulación durante el transporte. En sí, el primero cumple fines de mercadeo (tiene información como etiquetas, códigos de barras y datos del producto), y el segundo, se centra en seguridad.

 

Y para que lo comprendas mejor, te compartimos algunas buenas prácticas de empaque para que identifiques su diferencia con el embalaje:

 

Mejores prácticas de empaque

  • Ser compatible: debe ser adecuado para el tipo de producto que contiene, es decir, es importante que se ajuste correctamente a su tamaño, forma y particularidades. Los alimentos, por ejemplo, pueden requerir materiales que eviten su contaminación.

 

  • Tener información clara y legible: necesita incluir datos sobre el producto, instrucciones de uso, ingredientes (si aplica), fechas de vencimiento y cualquier otra información relevante. Esto ayuda a los consumidores a tomar decisiones informadas.

 

  • Tener un buen diseño: debido a que un empaque puede influir en la decisión de compra, debe ser agradable a la vista, tener un diseño atractivo y comunicar la esencia de la marca.

 

  • Ser ergonómico: debe ser fácil de abrir y cerrar para la comodidad de los consumidores. Esto es especialmente importante en productos que se consumen en varias sesiones.

 

Aclarado lo anterior, ahora podemos decir que las características del embalaje se enfocan en:

 

Características del embalaje

  • Mantiene eficiencia logística: su diseño facilita el almacenamiento, la manipulación y el transporte de productos a lo largo de toda la cadena de suministro.

 

  • Cumple normas y cuida el entorno: cumple con los requisitos legales y normativos de los diferentes países por donde deba moverse y comercializarse la mercancía. La carga peligrosa, por ejemplo, requiere un embalaje especial para evitar poner en riesgo a los elementos que la rodean.

 

  • Permite identificar el producto: proporciona información sobre el producto, instrucciones de uso, precauciones y cualquier otra información relevante para su manipulación.

 

  • Facilita el manejo de los bienes: es fácil de transportar, almacenar y manipular tanto para los minoristas como para los consumidores finales.

 

  • Se adapta a las necesidades: es adaptable a los diferentes métodos de transporte y almacenamiento, considerando la cadena de suministro completa.

 

  • Está hecho con materiales duraderos: es lo suficientemente resistente para proteger el producto durante su trayecto contra agua, polvo, golpes, etc.

 

Tipos de embalaje

Respecto a los tipos de embalaje que se usan para resguardar las mercancías, podemos identificar varios cuyas diferencias principales son su material y diseño, pues dependiendo de la naturaleza de los productos, deben cumplir ciertos requisitos para su protección. Por todo esto, se clasifican de la siguiente manera:

 

  • De cartón: es una alternativa popular debido a su versatilidad. Es ligero pero resistente e ideal para diversos productos, desde alimentos hasta electrónicos. 

 

  • De papel: es una opción liviana y adaptable. Su flexibilidad lo hace óptimo para envases personalizados, especialmente en la industria alimentaria y de la moda. 

 

  • De plástico: su durabilidad y capacidad para proteger los productos es indiscutible. En industrias donde la resistencia y la impermeabilidad son esenciales, como la farmacéutica, es vital.

 

  • Otros: además de los materiales comunes, hay otros que merecen atención, como la madera que es robusta y a menudo se utiliza para mercancías pesadas o voluminosas, o el metal, que brinda una protección excepcional. Ambos son útiles para industrias como la aeronáutica, automotriz y construcción.

 

Y, aunque todos cumplen su función, la realidad es que también se han enfrentado a críticas por su impacto ambiental por parte de la sociedad, gobierno y hasta de los mismos consumidores. Por ello, hoy se apuesta cada vez más por el desarrollo de embalajes sostenibles, biodegradables y reciclables.

 

Empresas como NetApp, por ejemplo, están centrando sus esfuerzos en el diseño de innovaciones en embalaje para que se puedan reciclar mejor y sean más resistentes. Su propósito es ofrecer soluciones con un alto porcentaje de materiales reciclables y renovables para ayudar a las compañías a responder a la demanda y a la vez, reducir su huella de carbono.

 

¿Cómo elegir el tipo de embalaje adecuado?

Para esto no hay una respuesta definitiva, durante la selección del embalaje se deben considerar factores como las regulaciones locales e internacionales, el tipo de producto, el medio de transporte y el nivel de protección necesario. Al final, invertir en el adecuado fortalecerá la reputación del comerciante, y también, promoverá prácticas comerciales eficientes y éticas a nivel global.

 

El embalaje marca la diferencia

Como puedes notar, el embalaje es un componente más de tus estrategias comerciales internacionales, por lo que en vez de ser visto como la caja que lleva tus productos, es fundamental que lo empieces a considerar como la cara de tu empresa frente al mercado global, como una garantía de seguridad y en sí, como un elemento clave más que impulsa tu eficiencia logística y sostenibilidad. Si ya lo haces, ¡felicidades!, vas por buen camino, pero si aún no, es buen momento para que te lo replantees. 😉

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